-Doctora, tranquilícese y borre esa cara de susto.
-Matilde no puedo, le contesté.
-Venga mujer, que ya pasó todo. – Me animaba la pobre Matilde tumbada en la sala de reanimación.
Y así va a comenzar esta Batallita Miranda. Por el final.
-Doctora, tranquilícese y borre esa cara de susto.
-Matilde no puedo, le contesté.
-Venga mujer, que ya pasó todo. – Me animaba la pobre Matilde tumbada en la sala de reanimación.
Y así va a comenzar esta Batallita Miranda. Por el final.
Tengo los huesos desencajados, un libro de la Esfera de Libros.