Batallitas Miranda

Estrellas fugaces, charlas infantiles y salud.

28 agosto, 2018
Estrellas fugaces, charlas infantiles y salud.
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Estrellas fugaces, charlas infantiles y salud.

Batallita Miranda (si así lo quieres decir…)

Verano, noches de relax y amigos. Este año en agosto, alrededor de la noche donde se derraman las lágrimas de San Lorenzo, me encontraba en un paraje de ensueño a más de mil metros de altura: Els Ports de Tortosa, en Tarragona.

Verónica y su familia me habían adoptado como cada verano. Ella, Vero, es una compañera de fatigas a la que conocí hace ya más de veinticinco años estudiando Medicina. Hemos crecido juntas, madurado, en caso de alegría o crisis ella y su marido siempre han estado ahí. Su casita de verano en els Ports, es un referente veraniego y puedo decir con la boca chiquita que ya es un poco mi refugio veraniego…

Estrellas fugaces, charlas infantiles y salud.

Estrellas fugaces, charlas infantiles y salud.

Así que el 15 de agosto por la noche después de cenar salimos de «expedición». El equipo lo formaba su marido Herme, Vero, sus dos maravillosos hijos y una servidora. Faltaba Rita, mi lucero del Alba… Con ella, con mi hija la alineación deportiva hubiese sido perfecta, un Dream Team,  sin ella todo funcionaría igual a efectos prácticos (solo yo suspiraría en silencio por su ausencia).

A esa expedición le daba igual toparse con un jabalí, ver la Luna, observar satélites, descubrir alguna estrella fugaz o entretenerse con alguna luciérnaga. ¡La aventura es la aventura! No sé quien estaba más emocionado si los niños o yo… Forro polar y linterna, teníamos todo el tiempo del mundo.

Milagros por favor…

Y como hacía ya un año justo esa misma noche -15 de agosto- pude observar la fantástica nebulosa en la vía láctea que hace que tú y todos tus problemas se conviertan en un ápice minúsculo comparando con la majestuosidad de las estrellas. Me sentí reconfortada al ver mi minúsculo lugar en el mundo. Una sensación de embriaguez me invadió, me sentí un poco más niña y lo relativicé todo un poco más.

Como el año anterior comenzó el espectáculo. Y con la paciencia de los grandes exploradores y observadores, poco a poco la oscuridad se tornó luz y empezó el espectáculo. Primero saludó el Carro y finalmente la nebulosa apareció tímida. (Hacía un año que se me resistía.) Poco a poco el desfile de millares de estrellas nos saludaban con su presencia. Era cuestión de esperar, pronto ocurriría el milagro. ¡Zás!: una estrella fugaz.

Todo era alegría y nervios. Yo les soltaba a los niño: «No os distraigáis debéis pensar un deseo y no contarlo!» Pero la emoción, la precipitación y la llegada de más estrellas fugaces lo complicaba todo.

Ellos charlaban animadamente, comentaban posibles deseos y nosotros, los mayores -de edad que no espíritu- les recordábamos que no podían verbalizar sus deseos. Un secreto es un secreto…

Estrella fugaz.

Estrellas fugaces, charlas infantiles y salud.

Estrellas fugaces, charlas infantiles y salud.

Y de modo técnico y poco romántico explicamos a los niños de diez y siete años el por qué de las estrellas fugaces, asteroides, fricción con atmósfera etcétera. -Algo que yo de niña hubiese agradecido enormemente.- Y aún así, con tanta ciencia, decidimos pedir un deseo por cada estrella fugaz visualizada.

Creo sinceramente que la ciencia puede ser compatible con el romanticismo. (Si no amigos no nos quedará nada…)

Marc, el mayor, avistaba más estrellas que nadie, es más, nadie vio tantas como él, seguro que ser puro de corazón y la emoción del momento le jugaba una buena pasada en su zona occipital cerebral (lugar donde se depositan las imágenes de nuestros ojos). Y eso a él le hacía jugar con ventaja, llegó a «ver» más de una docena en una noche. ¡Cuanto deseo cumplido!

Vero y yo en un instante vimos la misma y gritamos de alegría al unísono y nos abrazamos. ¡Otro deseo pedido!

¿Qué sería más importante: la salud o la felicidad?

Y ese enclave perfecto con mi familia yo en silencio reflexionaba que qué debía ser más importante en la vida: si la salud o la felicidad?

Recordé gente feliz que había marchado prontamente por falta de salud. Viviendo con intensidad hasta su último día en la tierra. Recuerdo especialmente a Pablo Raez, puedes leer más sobre él y su causa en este bonito post que escribí para mi sobrina Gemma. La diferencia entre médula ósea y médula espinal.

Otros familiares menos conocidos por la red me vinieron a mi memoria, abuelos, segundos padres, etc. Ellos eran felices y se fueron pronto. En el silencio y la oscuridad de la noche ¿quién podría vislumbrar si a una traumatóloga se le metía una pestaña en el ojo?

Tambien me vino a la memoria pacientes añosos o no, iracundos e infelices desde siempre, a los que todo se les hacía cuesta arriba…

¿Quien podía decidir si salud o felicidad

¿Y la paz en el mundo?

Estrellas fugaces, charlas infantiles y salud.

Estrellas fugaces, charlas infantiles y salud.

Cuando la cosa ya decaía la expectación les suelto a los niños:

–  Una vez hemos pedido la casa con jardín y piscina, el Ferrari rojo y el poni… ¿Alguien a pedido la paz en el mundo? (Como todas las candidatas a miss del Mundo. Ironía modo on.)

– Y me contestan al unisono: No Eugènia.

– Ale, a quedarnos un rato más hasta que la podamos pedir…. A ver si nos darán las cinco de la mañana… (Les solté divertida.)

Y salió mi parte más pícara: estamos cinco aquí, debemos organizarnos, solo uno de los cinco debe pedir la paz mundial, los otros cuatro que continúen con sus deseos. Con una lógica aplastante les dije, con uno solo que la pida debería funcionar… Así que el resto cada uno a lo suyo, ok? Los niños asentían, los padres divertidos se mondaban de risa.

Mi dolor de cuello.

El el cielo nos regaló aún un par de destellos fugaces y alguien del grupo pidió por la paz en el mundo.

Yo bromeé con la posibilidad de pedir un Ibuprofeno al cielo para el dolor de cuello que tenía de tanto extender la cabeza hacia el cenit.

Y les soltaba: ¡Mira que tener que malgastar un deseo por un ibuprofeno ya es triste!

Cuña publicitaria: si tu cuello duele más en flexión podrían ser los discos vertebrales, si duele más en enxtensión podrían ser un síndrome facetario. Te envío a una web amiga Tu vida sin dolor donde colgué un post sobre dolor lumbar y sexo. Allí hablo largo y tendido sobre el dolor discal y el dolor facetario. ¡No te lo pierdas!

Y mi último artículo para descubrir si tu dolor de espalda, dolor lumbar es discal o facetario

Niños: ¿Pedisteis salud?

Estrellas fugaces, charlas infantiles y salud. Eugènia Miranda autora del blog.

Estrellas fugaces, charlas infantiles y salud. Eugènia Miranda autora del blog.

Juanita, la madre de Vero, se había quedado en el interior de la casa despejando la cocina. Nos oyó entrar emocionados.

-Con tanto deseo, ya habéis pedido salud?

-¡No abuela! Marc y Enric, muertos de sueño, contestaron. Y resignados ya hacían ademán de volver a salir hacia el exterior a pedir lo que se habían olvidado.

Los mayores les soltamos inmediatamente que estuvieran tranquilos. Que con nuestros deseos seguro que ya estaba cubierto eso de la salud…. Los pequeños suspiraron aliviados.

Vero y Herme sonrieron, Juanita también, yo no fui menos. Todo padre pide salud para sus hijos. Un deseo anhelado que siempre se encuentra en el top de la lista de deseos.

¿Supongo que sabes que deseé con todas mis fuerzas, verdad?

Esa noche fueron cuatro estrellas fugaces las que vi, un puñado de perlas que transformé en cuatro deseos fantásticos para el resto de mi vida y la de Rita.

Te aseguro que este momento vivido el verano de 2018, este pedacito de cielo, me acompañará por muchos años.

Ojalá la sonrisa te acompañe mientras lees el relato y te contagie cuando recuerdes ese momento mágico. Por eso lo he querido compartir contigo. Sé que no soy Campanilla ni luciérnaga, quizá no pase de triste polilla con aroma a naftalina… Puede (quizá) este relato te aporte hoy un ápice de luz y te sorprendas sonriendo. Feliz día.

Salud o felicidad, lo que desees.

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Más Batallitas Miranda.

Mi última Batallita Miranda: Cachitos de corazón y dedos, historias de trauma. Una historia cualquier en de una guardia cualquiera de verano. Segur que te encanta!

Y no te pierdas: Una entre tres mil. Mi último post escrito con humildad y corazón para comprender qué ocurre ante una complicación médica durante una cirugía.

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Quiero que sepas que he publicado mi primer libro. Tengo los huesos desencajados. Un libro escrito con mucho amor, humor y traumatología. Te animo que te tomes conmigo un aperitivo. Tengo los huesos desencajados.

 

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